domingo, 14 de febrero de 2016

ASPECTOS DE LA MANIFESTACIÓN

ASPECTOS DE LA MANIFESTACIÓN

1. Decisiones
3. Emociones
5. Lugares geográficos
7. Interpretaciones
9. Soltar
11. Escoger el momento oportuno
2. Deseos y expectativas
4. Concentración
6. Imaginacion y visualización
8. Cinestesia
10. Pensamientos
12. Voluntad
"Manifestamos nuestra realidad todo el tiempo, pero inconscientemente y basados en montones de convenciones sociales, culturales, religiosas, y en programas de limitaciones y/o reglas.

Cuando nos volvemos conscientes de lo que estamos manifestando inconscientemente, y de cuáles son las manifestaciones conscientes e inconscientes de otras personas (y qué tienen que ver con nosotros), inmediatamente cambiamos nuestro paradigma de lo que es "real". Para averiguarlo y volvernos conscientes de nuestras manifestaciones inconscientes, sólo pregúntate: "¿qué estoy manifestando ahora mismo?". Hazte esta pregunta regularmente, con frecuencia. A veces la respuesta es: "experimentando la realidad manifestada de otra persona". Cuando nos volvemos conscientes de las manifestaciones inconscientes de los otros y las nuestras propias, entonces tenemos el poder de salirnos de ellas, o de fortalecerlas.

Nota que cuando manifestamos conscientemente (hacer un esfuerzo para manifestar algo que no está en nuestra realidad ahora) trabajamos dentro de un paquete de reglas acordado, incluyendo el que toda realidad es coreografiada y debe tener una historia detrás. Una de las reglas es que ninguna cosa puede aparecer simplemente de la nada frente a nosotros. Debe tener una historia acerca de cómo llegó ahí. Esto incluye a personas y situaciones, relaciones y objetos."


Todos estamos sujetos a muchas influencias que gobiernan lo qué manifestamos y cómo lo manifestamos. Los videntes toltecas afirman que todos hemos sido creados por el espíritu. Por tanto, manifestar nuestra naturaleza esencial es manifestar el espíritu de la creación; un verdadero acto de Poder. Como consecuencia, todos tenemos la capacidad de vivir nuestra vida con plenitud. Bajo esta perspectiva, nuestra tarea última es la de aprender a contactar con los niveles más profundos de nuestro ser, lo que hace que surja nuestra peculiaridad y que la individualidad quede obsoleta (¿Perder la forma humana?/¿Desprenderse de la importancia personal?). Este delicado equilibrio es el resultado de habernos educado en las sutilezas del intento.
"El Camino Tolteca" por Ken Eagle Feather

A través de la vida, el ser humano toma decisiones que lo arrastran al abismo de la estupidez o por el contrario, lo elevan a planos superiores de la existencia. O se aferra existencialmente al mundo material o se impulsa y se eleva en el mundo espiritual.




El  camino del guerrero es armonía: armonía entre acciones y decisiones: una armonía
diseñada para acabar con la lucha más imbécil que existe: la del ego consigo mismo.




Ser impecable quiere decir poner tu vida en el tapete para respaldar tus decisiones, y
hacer lo mejor de lo mejor para llevar a cabo esas decisiones. Si no hay decisiones en tu vida, la
estás simplemente desperdiciando de una manera pueril.





Decisiones

Don Juan dice que cuando la gente toma decisiones, lo único que hace es consentir ante un poder mucho más grande. Por tanto, las decisiones son cuestión de permitir que el primer campo de energía se ajuste a lo que ya está ocurriendo en el segundo. En otros términos, a medida que la atención se filtra y deviene consciente, realizamos una elección que hace eco a un mandato del Águila. Renunciar a la ilusión de que tomamos decisiones personales requiere muchos esfuerzos. Pero cuando se ha dedicado el tiempo suficiente a explorar el mundo del espíritu, uno se da cuenta de que el control personal no es gran cosa y descubre que todos los progresos realizados sólo reflejan en qué medida nos hemos fundido con las directivas del espíritu. Esta puede ser la razón por la que don Juan considera que el espíritu es el jugador real y él mismo sólo es su agente. En este mismo sentido los líderes de grupo se consideran intermediarios con el espíritu.
Aprender a entregarse al espíritu no es algo que se pueda hacer de cualquier manera. Don Juan nos ofrece algunas directrices. Uno de sus consejos es tomar las decisiones con tanto cuidado que no puedan sorprendernos sus resultados.
Otra es que, aplicando la responsabilidad personal, el ranger toma decisiones que no permiten lamentos y que siempre son óptimas a nivel estratégico. Esta forma de tomar decisiones es la que produce el control característico del ranger, control que permite rastrear el espíritu.
Don Juan también dice que nuestro cuerpo sabe cuándo hemos tomado la decisión adecuada. Si tomamos una decisión equivocada nos sentiremos tensos o inquietos. Cuando tomamos la decisión adecuada el cuerpo se relaja y está preparado para tomar la decisión siguiente. Debemos recordar separarnos de los pensamientos y sentimientos personales. Los errores sólo ocurren cuando las consideraciones personales interfieren en nuestro vínculo directo con el intento.
A menos que el cuerpo nos diga que nos hemos equivocado, debemos asumir nuestras decisiones. Estas son producto de haber acumulado más poder personal y, por tanto, una conexión más sólida con el intento. Si nos echamos atrás y nos desviamos de nuestra decisión, reducimos nuestro poder y prolongamos el tiempo necesario para producir la manifestación completa.
Las decisiones liberan energía. Si quieres cambiar la cohesión y realizar un nuevo alineamiento, tienes que aplicar una presión constante y sostenida. Cuando puedes mantener una presión fuerte y bien dirigida, has creado un intento inflexible. A medida que aprendes a asentir ante el espíritu y apartas los deseos personales de la toma de decisiones, la manifestación ocurre como resultado de ese aumento de conciencia. En el nivel del ranger, esto significa ir construyendo la vida de día en día y para ello debemos confiar en nuestro poder personal.

2. Deseos y expectativas

Refiriéndose a las interacciones entre los videntes y la gente normal, Don Juan dice que los videntes no desean nada aunque pueden conseguir todo lo que quieren. Aplicando el ver a cualquier cosa, los videntes pueden rastrear y obtener fácilmente lo que desean. Pero, aceptan su destino, permiten que sea el espíritu el que desvele su camino. Su deseo, por tanto, es estar en contacto con su naturaleza esencial y para ello el espíritu debe gobernar porque los deseos ordinarios bloquean su flujo. Don Juan dice que el deseo personal produce infelicidad y si ajustamos nuestra vida de manera que no tengamos deseos, la cosa más pequeña puede ser un regalo enorme. Añade que el logro más alto de un guerrero es no desear nada.
Incluso una mirada fortuita nos confirma que los deseos guían nuestra vida. Queremos esto, demandamos aquello y así mantenemos una lucha constante por satisfacer nuestros deseos evanescentes. Sin embargo, Don Juan también aplica la fuerza del deseo a la instrucción tolteca. Por ejemplo, le comenta a Castaneda que el simple deseo de borrar la historia personal puede ser suficiente para conseguirlo. Además, el hecho de encontrar los deseos impresos en nuestro camino con corazón es lo que nos sitúa en el estado de guerrero. Pero una vez allí las directrices cambian, porque el guerrero no quiere ni espera nada. El deseo de conocimiento no está incluido en esta lista porque don Juan considera que el aprendizaje es algo natural en los humanos y aprender es el propósito de la vida.
Las expectativas actúan de manera similar, porque canalizan la conciencia según sus propios senderos. Si esperas encontrar algo, es probable que lo encuentres. Esto producirá un tipo de resultado, pero evitará otro: Cuando tienes expectativas, reduces la posibilidad de encontrar algo nuevo, algo que no encaje dentro de tu mundo conocido. Las expectativas suelen interferir con el orden natural. Cuando quieres que ocurra algo, reduces tus probabilidades de alinearte con otro resultado más amplio y posiblemente más satisfactorio. Por tanto bloqueas el campo de energía natural y la conexión con el espíritu.. El desafío reside en equilibrar los pros y los contras del deseo y de las expectativas de manera que se produzcan resultados efectivos.




 Para don Juan el mundo de los deseos o el de las ideas tiene poco que ver con los hechos del hombre, mientras que la energía o Poder Personal ‑que es la energía de la que dispone‑ es lo que determina todo: lo posible y lo imposible. Tal como nos lo dice en Viaje a Ixtlán: "Un hombre no es más que la suma de su Poder Personal...".


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Emociones

Nuestra postura emocional es una de las principales influencias en lo que respecta a la relación con los demás y a nuestra manera de experimentar el mundo. Si tienes miedo de hacer algo, es probable que evites hacerlo o que lo hagas tímidamente. Por otro lado, el miedo mismo puede producir las mismas condiciones que temes. Si temes a los cocodrilos, tu misma energía atraerá a estos depredadores porque suelen estar atentos al miedo y cuando lo sienten, lo rastrean.
Al mismo tiempo, cuando no reconoces tus emociones negativas, permites que se acentúen y pongan en peligro tu salud física, emocional y mental. La preocupación, por ejemplo, es un gran desperdicio de energía. Cuando uno está en manos de la preocupación, suele luchar constantemente con las energías estabilizadoras como el control, la paciencia y la precisión, y llega a desgarrarlas. De esta forma nos hacemos accesibles y perdemos el equilibrio y el ingenio.
En su aspecto positivo, las emociones nos permiten rastrear las cualidades, sensaciones y otras energías de nuestros objetivos. Cuando conocemos nuestros sentimientos por dentro y por fuera podemos usarlos como puente hacia el intento inflexible, adaptarlos a nuestro objetivo y refinarlos de manera que no sean contradictorios.


Concentración

Como un globo lleno de agua situado sobre el océano, somos uno con el mundo y sin embargo estamos separados de él. Nuestra forma de dirigir la energía determina la dirección de nuestro viaje y el contenido de nuestra experiencia. La manifestación, por tanto, es básicamente una cuestión de concentrar y dirigir la energía. Sin embargo, lo habitual es que no seamos conscientes de muchas de las influencias que afectan a nuestra concentración. Todos tenemos hábitos y actitudes de cuyo efecto no somos plenamente conscientes o no somos conscientes en absoluto. Para remediarlo, lo esencial es la auto-observación. Toma conciencia a lo largo del día de todo lo que atrae tu atención y hacia dónde diriges tu energía. Recordando que la forma de gestionar tu energía determina lo que experimentas, pregúntate si lo que estás haciendo es realmente lo que quieres hacer.
Además, el hecho de tener un propósito centra la energía en unas direcciones concretas. Cuanto más intenso sea el propósito, mayor será el movimiento de energía. Por tanto, céntrate en la energía de tu propósito desde dentro del cuerpo. Siéntela, guíala y vívela. El punto más importante es ganar en conciencia. Cuando puedes percibir el mundo sin la barrera artificial de la autoimportancia y al mismo tiempo mantienes la integridad de tus energías personales, manifiestas un campo natural. El globo de agua deja de existir, por así decirlo, pero la energía del globo retiene su propia integridad, por lo que permanece la sensación de individualidad.


Lugares geográficos

Actualmente está muy en boga la idea de que existen vórtices y lugares donde supuestamente abunda el poder. Don Juan nos enseña a encontrar estas áreas beneficiosas para que podamos disponer de un lugar de descanso cuando hacemos excursiones en la naturaleza, técnica que puede adaptarse fácilmente al entorno urbano.
Don Juan amplia la noción de que los lugares afectan al punto focal y lo extiende a regiones enteras. Por ejemplo, según él, el desierto de Sonora tira del punto focal hacia abajo, hacia el lugar de la bestia. Esta región del cuerpo energético es la más apropiada para adoptar formas animales y para las prácticas de brujería habitualmente asociadas con el segundo ciclo. Me pregunto, por tanto, si desplazar el punto focal hacia arriba produciría un cambio de forma hacia algún tipo de conciencia extraterrestre que haya evolucionado más allá de la forma huma¬na. En cualquier caso debemos considerar que, aunque los cambios de forma pueden ser estimulantes, si no los usamos para favorecer nuestro crecimiento pueden atraparnos en lugar de liberar nuestro espíritu.
Durante el tiempo que he vivido en el sur de Arizona, he podido valorar cómo ese entorno duro y escarpado puede afectar al aspecto y los ademanes de una persona, de la misma forma que vivir en las montañas o en la playa añade un sabor peculiar a la percepción. En este caso, la cuestión es prestar atención al efecto del entorno sobre nosotros, después podemos fluir con esa energía para producir distintos efectos en nuestra vida.
Como en el caso de los cambios de forma, la principal dificultad que presentan los lugares de poder es que es más fácil perderse en las prácticas del segundo ciclo que usar esas experiencias como referencia para construir otros mundos. El mundo de don Juan, por ejemplo, era fluido y muy maleable. Él interactuaba con el mundo como si en lugar de ser un mundo de objetos sólidos estuviera moldeado por interacciones entre cam¬pos de energía. Como el mundo deja de ser rígido y sólido, este cambio de aspecto abre la puerta a la manifestación de lo improbable, si no de lo imposible.


Imaginacion y visualización

Uno de los instructores de Donner, Esperanza, dice que libertad significa tener la capacidad de manifestar lo imposible, de producir algo que no tiene un referente en la vida de cada día ni está basado en ella. Según Esperanza, para conseguirlo hace falta imaginación. Don Juan, a su vez, cultivó la imaginación de Castaneda aconsejándole que pensara en todo lo que podía conseguir con el ensueño.
La visualizáción combinada con la imaginación desempeña un pápel muy importante: Por ejemplo, uno de los principales ejercicios de ensueño es encontrarse las manos dentro del sueño. Como preparación, don Juan aconseja visualizar las manos antes de caer dormido. Además, el inquilino advirtió a Castaneda que poblaciones enteras habían desaparecido en otras dimensiones por haber visualizado repetidamente el mismo escenario. Por tanto la imaginación abre la puerta y la visualización nos permite entrar a través de ella.
El uso continuado de estas herramientas acaba potenciando el sentido de la vista. Don Juan explica que nuestros ojos han sido educados para ver en el primer campo de energía, por lo que sólo percibimos el mundo físico. Para percibir auras, elementales y otras manifestaciones del segundo campo, los ojos tienen que reaprender. Una manera de acelerar, este aprendizaje es convencerte de que los otros mundos existen. No es difícil llegar a esta convicción cuando se practica suficientemente la mirada fija, el ensueño y el ver. La imaginación y la visualización están relacionadas con estas prácticas.
Don Juan también dice qué el brillo de los ojos refleja el intento. Muestres afecto a un ser querido, mantengas el ojo en la pelota durante el juego de golf o valores un posible negocio, en cada caso el ojo brilla de una manera que indica el intento. Además, él dice que los, ojos no sólo reflejan el intento sino que lo activan. Cuando cambias la manera de enfocar, tus ojos se aferran a otro intento y lo dinamizan. Si practicas este principio centrándote en diferentes intentos, no es difícil ver cómo funciona. Por ejemplo, piensa y visualiza que sales a cenar. Después revisa los sentimientos que surgen o reflexiona sobre la posibilidad de visitar a un amigo. Siente cómo se enfoca tu atención y la sensación que se produce en tus ojos. El intento está interconectado con todas estas percepciones.


Interpretaciones

Nuestra forma de interpretar una situación a menudo influye en su resultado final. Si ves que un elemental esta subiéndose a un árbol y lo interpretas corno un juego de sombras, por ejemplo, mantienes tu percepción dentro del inventario ordinario. Si los elementales no son parte de tu inventario, llegar a percibirlos con precisión es un logro enorme. Por muy amplio que sea nuestro inventario, no puede contabilizar todo lo que hay en el universo. Las expectativas y por tanto las interpretaciones surgen del inventario. Esta es la razón por la que los toltecas crean inventarios detallados y después se deshacen de ellos. Al hacerlo, se conceden la libertad de ampliar sus posibilidades.

Cinestesia

Son las sensaciones que tiene la persona sobre su propio cuerpo: el movimiento muscular, el peso, la posición y el sentido del equilibrio.
En muchas culturas se da un fuerte énfasis a la percepción visual. Se nos dice que imaginemos esto y visualicemos aquello. Las meditaciones son llamadas ejercicios de "imaginación dirigida". Este es un planteamiento correcto siempre que tengamos en cuenta también el resto del cuerpo.
Para algunas personas, su punto fuerte es la percepción cinestésica; es decir, confían sobre todo en las percepciones procedentes de sus músculos, tendones y articulaciones. La gente que tiene esta tendencia se orienta en la realidad por medio de su grado de tensión corporal. Por ejemplo, una sensación de incomodidad en el lado derecho del cuerpo puede significar que uno está en desequilibrio en su vida cotidiana. Según el esquema tolteca, el lado derecho del cuerpo se relaciona con el mundo físico y el lado izquierdo con el mundo del ensueño. Si te preguntas internamente qué significa esa incomodidad recibirás una respuesta que puede ser intuitiva, visual, otra percepción cinestésica, o una combinación de ellas.
Además, para poder medir si nuestras decisiones son acertadas o equivocadas debemos mantenernos en contacto con la totalidad del cuerpo. Por otra parte, cambiando nuestra postura corporal podemos cambiar de estado de ánimo y manifestar ante una misma situación soluciones diferentes. En las artes de mezclarse y cambiar de forma, cambiamos nuestros rasgos corporales y, por tanto, debemos estar muy atentos a lo que ocurre en nuestros cuerpos. Por otra parte, la visualización puede ayudarnos a iniciar estos cambios. La cuestión no está en ver si es mejor la visualización o la cinestesia, sino en desarrollar ambas.
(Cuerpo en movimiento o en quietud)


Soltar

Para abrirnos y permitir que un intento haga su trabajo tenemos que soltar. Dejar ir los deseos, expectativas e inventarios. De otra forma nos aferraremos a las condiciones que estimemos más apropiadas, quedándonos confinados dentro de un campo condicionado de energía y apartándonos por tanto del flujo del espíritu. Don Juan dice que para dejar fluir el espíritu, no debemos preocuparnos del resultado de nuestro trabajo. Esta actitud no implica ser descuidado o inconsciente, sino que una vez hechos nuestros cálculos y decidido el curso que se debe seguir, soltamos y nos abandonamos a nuestro camino.
El arte de soltar está entretejido con todos los aspectos de la vida del ranger. Como el resultado de los cambios de cohesión suele ser la ansiedad, debemos soltar y cabalgar la energía de la ansiedad para llegar a tranquilizarnos. En otras palabras, debe¬mos deslizarnos sobre la ola de la ansiedad —sin alejarla ni aferrarnos a ella— y adquirir más conciencia de los detalles que rodean a ese estado. Entre tanto, permitamos que ocurra el cambio y se reconstruya otra cohesión. A medida que lo consigamos, la ansiedad se irá disipando.
Esperanza dice que las mujeres son mejores ensoñadoras que los hombres simplemente porque tienen más capacidad de soltar. Además, doña Soledad dice que uno de los aprendices de don Juan, Eligio, no tuvo que saltar de un precipicio para concluir su aprendizaje. Como don Genaro, dejó este mundo mientras estaba de pie sobre un campo de tierra. Doña Soledad dice que Eligio era uno de los mejores porque sabía soltar y su salto fue el resultado de soltar este mundo completamente.

Pensamientos

"Los pensamientos son como exploradores. Hacen que el cuerpo siga cierto camino". Si piensas que lo que te toca en esta vida es casarte, tener hijos y envejecer cómodamente junto a tu esposa, adelante con ello. Esto puede ser parte de un camino con corazón, pero los toltecas se dan a si mismos otras opciones. Algunas de ellas son acechar, ensoñar y entrar en otros mundos. Cambiando sus pensamientos cambian su mundo. Como aspectos de la energía, los pensamientos son tan reales como todo lo demás. Su poder les permite dirigir la energía hacia sus propios canales. En cualquier caso, aunque los pensamientos dan dirección y forma a la energía, no son la cuestión principal. Pueden llevarte hasta el umbral del intento pero en sí mismos no son el intento. Don Juan dice que hacen falta años para entender que "lenguaje y conocimiento pueden existir independientemente". Añade que una de las principales dificultades para conectar con el espíritu, procede de negarnos a aceptar que podemos saber algo sin palabras ni pensamientos.





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Escoger el momento oportuno

Escoges el momento oportuno cuando tomas conciencia de las fuerzas que te rodean y te sintonizas con ellas; cuando permites que tu mundo se desarrolle e intentas no interponerte; cuando tienes paciencia para hacer las cosas bien; vas a por la plena manifestación y no te dejas alterar por tu deseo de conseguirla.
Cuando ves que un patrón comienza a tomar forma —sea en una relación, en el trabajo, o en el primer cuarto de hora de un partido de fútbol— la barrera natural de la claridad comienza a ejercer su fuerza para fijarlo, dándonos una falsa sensación de poder cuyo mensaje es que el mundo puede ser predicho y controlado con facilidad. Si dejamos de aplicar el no-hacer, fijamos ese orden incipiente demasiado pronto, nos vemos privados de la plenitud del orden natural. Como suele ser muy difícil mantenerse desapegado, don Juan asignó la elección del momento oportuno al campo de la persona de conocimiento.
La disciplina de la espera nos proporciona una clave importante para manejar la claridad. Habiendo aprendido a esperar, te has hecho paciente. Sueltas y permites que el espíritu fluya. Puedes permitirlo porque sabes hacia dónde estás encaminado y lo que quieres de la vida. Te has flexibilizado porque estás atento a los presagios y otras manifestaciones del intento. Permaneciendo equilibrado e impecable favoreces la energía del campo natural.
La espera también es una fuerza que alinea todos nuestros esfuerzos de manifestación. A medida que nuestros pensamientos, sentimientos y ejercicios van encajando en su lugar, nos acercamos a nuestro objetivo.

Voluntad

Con paciencia y voluntad podemos construir cualquier cosa. Pero en prirner lugar tenernos que activar la voluntad y todo lo que necesitamos para activarla, según Don Juan, es la impecabilidad.
Para generar impecabilidad, el camino tolteca pone en práctica la disciplina del guerrero y para convertirse en guerrero, los aprendices se concentran en sus tareas de aprendizaje. Comprometiéndose con ellas, van profundizando más en su naturaleza esencial que está gobernada por el intento. Así, los aprendices se alinean cada vez más con el intento y cuando alcanzan el alineamiento suficiente disponen de una voluntad funcional.
Tener una voluntad personal significa que hemos adquirido la capacidad de intentar. Pero para llegar a ese punto, antes tenemos que aprender a intentar. Una vez más, esta posibilidad la facilitan las tareas del aprendizaje. Parte de esta disciplina es esperar a la propia voluntad. La espera misma crea las circunstancias, el momento oportuno y el conocimiento necesario para llevar la voluntad a la vida. Una vez activada la voluntad, nos embarcamos en una nueva tarea: la tarea tolteca, que nos enseña a manejar la voluntad. Los rastreadores forjan con voluntad nuevos caminos de vida; los ensoñadores crean con voluntad nuevos sueños de vida.
También descubrimos que a medida que nos volvemos más abstractos, nuestra individualidad se desvanece, es decir, nuestros deseos disminuyen a medida que nos difuminamos en lo abstracto. El cultivo de un campo natural acaba situándonos completamente dentro de lo abstracto. En ese momento ya no reflejamos porque somos aquello en lo que antes nos reflejábamos. Desaparecemos pero permanecemos.

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Cuerpo: Nuestro físico es el vehículo desde donde vivimos. Si no mantenemos el equilibrio en nuestro cuerpo o conocemos cómo moverlo adecuadamente es probable que haya situaciones en las que nos cueste desenvolvernos porque el “cuerpo no nos da”.
Mente: La máquina que cree saberlo todo y que nos cuesta hacer callar. Cuando aprendemos a hacer que la mente trabaje para nosotros y no al revés, es que se abre todo un mundo de creatividad.
Emociones: Son el termómetro de lo que vivimos, las encargadas de hacernos saber si nos gusta o no el dónde estamos o qué hacemos. El impulso que nos lleva a actuar, reconocerlas y transformar ese fuego en un láser preciso puede ser una gran ventaja.
Espíritu: Nuestro verdadero ser, la conexión con lo que realmente somos antes de nacer, y la esencia de la vida. Lograr reconocernos como seres espirituales que debemos actuar en lo físico es lo que nos hace humanos.
Estas son las cuatro patas de la mesa. Cuando nos enfocamos en una  sin tomar en cuentas las otras, usualmente perdemos el equilibrio y nos cuesta poder actuar con completa convicción, ya que funcionan en sintonías unas con otras.




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